Sabemos de la existencia de muchos edificios y monumentos históricos en nuestra ciudad, quizá incluso los vemos varias veces a la semana, pero, ¿realmente sabemos la historia detrás de ellos?
Flechas de Diana la Cazadora
Las flechas de Diana la Cazadora es probablemente uno de esos monumentos de Madrid por el que nos quedamos admirados al verlo, o quizá pase inadvertido y nunca llegamos a prestarle suficiente atención, ya sea por su ubicación, por la rutina diaria o por el costumbrismo. Sin embargo, en este artículo vamos a profundizar un poco sobre su historia.
Ubicado en la Gran Vía de Madrid, a la altura del número 32 encontraremos dos largas flechas talladas en el suelo que no son consecuencia del azar, sino que deben su existencia a la diosa romana.
Mirando al cielo, muy cerca de nosotros la encontraremos, concretamente en el número 31, donde, frente a las flechas está ubicada una impresionante escultura dorada de Diana La Cazadora, que se muestra disparando con su arco, acompañada de cinco perros.
¿Hacia dónde quería apuntar la Diosa con sus flechas? A solo unos metros encontramos otra gran escultura, el Ave Fénix, con Endimión encima de su lomo, un joven pastor que protagonizaba un bonito romance con Diana, pero cuando Zeus, el padre de ésta se enteró, envió enfurecido al Ave Fénix para secuestrarle y ocultarle a su hija por toda la eternidad. La joven enamorada no renuncia a su amor y ataca al Ave Fénix con sus flechas, que finalmente son clavadas en el suelo, representando en la Gran Vía este momento.
A pesar de ser un hecho histórico en la mitología griega, estas esculturas nacieron hace menos de 10 años, cuando el hotel Hyatt las encargó a la arquitecta Natividad Jiménez, quién revivió esta historia dejando su huella en una de las calles más famosas de Madrid.
La historia detrás de dichas esculturas es un ejemplo fascinante de cómo detrás de nuestra rapidez de vivir el día a día, nos olvidamos de parar a observar la belleza del arte moderno que tenemos a nuestro alrededor, pero a nosotros no se nos olvida, porque desde nuestros espacios Aster y Bulevar 30, en Gran Vía 30, tenemos la suerte de ver día a día este trocito de historia de Madrid.